Contradicciones y errores minan credibilidad del Gobierno
La comunicación oficial del Gobierno dominicano atraviesa una crisis de credibilidad. Contradicciones, versiones cambiantes y desmentidos públicos entre funcionarios han dejado a la ciudadanía en un estado de confusión constante, minando la confianza en la palabra del Estado.
Uno de los casos más recientes fue protagonizado por el director de la Policía Nacional, Ramón A. Guzmán Peralta, quien afirmó que las barberías no pueden operar después de la medianoche.
Horas más tarde, la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, lo desmintió públicamente.
La contradicción no es un hecho aislado.
En septiembre pasado, la ministra se negó a ofrecer información sobre la incautación de un avión vinculado al presidente venezolano Nicolás Maduro, alegando razones de seguridad nacional.
Sin embargo, ese mismo día, el presidente Abinader y el canciller Roberto Álvarez ofrecieron los detalles en una rueda de prensa.
El tránsito
En el terreno del tránsito, el caos informativo es habitual. El Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant) es protagonista recurrente de mensajes cruzados.
El caso más notorio: el contrato con Transcore Latam, empresa responsable del sistema de semáforos de la capital. Mientras Intrant anunciaba su suspensión, la Dirección de Contrataciones Públicas sostenía lo contrario. Entre tanto, la empresa seguía operando la red.
Más recientemente, el director del Intrant, Milton Morrison, negó la eliminación del giro a la izquierda en la avenida Winston Churchill, pese a que ya se habían instalado los letreros. En contraste, otro giro -el de la 27 de Febrero hacia la Máximo Gómez- fue eliminado sin aviso, provocando desorden en la vía.
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El canal haitiano
En el ámbito ambiental, la desinformación también se hizo notar. El director del Indrhi, Olmedo Caba, aseguró que el canal construido por haitianos en el río Masacre estaba abandonado. Al día siguiente, Diario Libre comprobó que el canal funcionaba con normalidad. Las inconsistencias se extienden hasta el Palacio Nacional.
El 4 de marzo se emitió el Decreto 113-25 que fusionaba Supérate y Adess. Poco después, se dijo que era solo un borrador. Finalmente, el Gobierno lo derogó y reemitió la medida con el Decreto 160-25, corrigiendo el anterior.
Los escombros
En otro episodio, la Onesvie aseguraba que los escombros del colapsado Jet Set estaban bajo resguardo. Pero resultó que uno de los camiones fue a parar a Santiago porque el conductor no quiso hacer fila en la Ciudad Ganadera. Las autoridades se enteraron por la prensa.
Promesas incumplidas también debilitan el discurso gubernamental. Obras como la Circunvalación de Baní, la Línea 2B del Metro y la ampliación del Kilómetro 9 de la Autopista Duarte han duplicado los plazos prometidos.
En 2021, el presidente Abinader destituyó a la ministra de la Juventud, Luz del Alba Jiménez, por supuestas irregularidades. Sin embargo, la nombró luego vicecónsul en Barcelona, cargo que tuvo que revocar tras la reacción pública. En algunos casos, hasta las respuestas oficiales a solicitudes de información presentan cifras inverificables o erróneas, obligando a los ciudadanos a buscar los datos por otras vías. La falta de coordinación y el desorden comunicacional no solo empañan la imagen del Gobierno, sino que afectan directamente la gobernabilidad. En una democracia, la palabra oficial debe ser un ancla, no una fuente de incertidumbre.