Feminicidio en Los Mameyes: presenciaron la muerte de su madre

Posted by
Category:

Era un jueves cualquiera en la avenida España, en el sector Los Mameyes de Santo Domingo Este, de esos en que el ruido de los motores y las conversaciones marcan el ritmo del día. Sin embargo, la normalidad se quebró de golpe con una escena que marcó a todo el vecindario.

Christopher Pérez García, de 23 años, cubierto de sangre, apareció corriendo por la calle, con la mirada perdida, pidiendo auxilio entre lágrimas.

Su camiseta blanca ya no era blanca: estaba empapada de sangre por múltiples heridas de arma blanca.

«“Le dieron con una pala al hombre que salió corriendo, tratando de detenerlo”» Testigo del hecho

Desesperado, vociferaba desde el balcón de su casa y, cuando logró salir, con voz temblorosa, soltó un clamor desgarrador:

“¡Mi mamá está muerta… cuiden a mi hermanita y no me dejen morir!”

El grito del joven, aún herido, dejó a todos paralizados. Nadie sabía qué estaba pasando, hasta que, de pronto, otro hombre salió corriendo desde la misma vivienda.

En ese momento, la confusión se apoderó de los vecinos. “Alguien gritó ‘¡un ladrón!’”, recordó una mujer que corrió junto a otros tras el agresor.

“Le dieron con una pala al hombre que salió corriendo, tratando de detenerlo”, agregó.

Fue entonces cuando Christopher siguió hablando, y entendieron que no se trataba de un robo, sino de una tragedia mucho mayor.

Dentro de la casa, en la habitación principal, yacía el cuerpo sin vida de Islaury María Morales García, de 43 años, asesinada con múltiples puñaladas, presuntamente por Orlando Rafael Ortiz Lora, de 42 años, detenido poco después del crimen y también herido.

Menor vio el hecho

La imagen de la madre muerta, brutalmente atacada, se sumaba al sufrimiento de sus dos hijos, testigos del horror: el joven de 23 años que corrió a pedir ayuda, y una niña pequeña, que permaneció aterrada dentro de la casa.

La niña logró encerrarse en una habitación, donde fue encontrada después por una vecina. La angustia en su rostro reflejaba la pérdida total y la confusión de haber presenciado la muerte de su madre.

El dolor de la escena se intensificó al ver a los agentes de la Policía Científica, quienes llegaron rápidamente al lugar y recolectaron cinco cuchillos utilizados en el ataque.

Según los vecinos, a pesar de la gravedad de las heridas del joven, quien aún sangraba, los agentes no lo trasladaron de inmediato al hospital, lo que provocó indignación entre los residentes.

“Lo más fuerte fue ver a ese joven todo ensangrentado y la policía ahí parada sin siquiera llevarlo al hospital. Estaba desangrándose y nadie hacía nada”, manifestó una vecina que pidió anonimato.

En el barrio, nadie tenía una explicación clara sobre lo sucedido. Según los residentes, la familia no llevaba mucho tiempo en la zona y pocos conocían detalles de su vida.

“Lo que pasó dentro de esa casa solo ellos lo saben”, comentaron algunos, conmocionados por la tragedia.

Deja una respuesta

Este sitio web utiliza cookies y solicita sus datos personales para mejorar su experiencia de navegación.