El chavismo busca mayor control político en Venezuela

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Las elecciones del próximo domingo en Venezuela pondrán a prueba el poder de convocatoria del chavismo, al frente del país desde 1999 y que controla 256 de los 277 escaños de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) y 19 de las 23 regiones, una hegemonía política e institucional que no solo busca mantener, sino elevar.

Lo dejó claro este miércoles el presidente Nicolás Maduro, quien vaticina «una de las más grandes victorias» del chavismo en «estos 26 años».

El considerado ‘hijo’ del fallecido mandatario Hugo Chávez (1999-2013) y que juró en enero pasado para un tercer sexenio consecutivo en el poder tras su cuestionada reelección en 2024, también considera que el domingo le darán una «gigantesca lección a los violentos» de que «más nunca volverán al poder político de Venezuela«, como suele referirse a los principales líderes de oposición.

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El candidato a gobernador del Estado Zulia Luis Caldera (C) participa en un acto de campaña este miércoles, en Maracaibo (Venezuela). (EFE/ HENRY CHIRINOS)

Y es que el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPPSB), bloque liderado por el chavista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), cuyo presidente es Maduro, va a por todas: «24 gobernaciones para seguir transformando, 285 diputados que defenderán la soberanía y 260 legisladores (regionales) que llevarán la voz» del pueblo, según ha anticipado esa formación.

Es decir, el control total de las regiones, sus consejos legislativos y el Parlamento unicameral, que recuperó en 2021, tras un lustro de dominio opositor.

El chavismo acude a las urnas nuevamente con una legitimidad cuestionada dentro y fuera del país tras los comicios presidenciales de julio pasado, en los que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó ganador a Maduro, sin que hasta la fecha haya publicado los resultados desagregados que confirmen ese triunfo, tachado de «fraudulento» por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), principal coalición opositora.

Todo queda en familia

Para su misión de ampliar el poder, de la que se ha mostrado seguro en diferentes mítines ante la división de la oposición mayoritaria, el chavismo ha apostado por figuras de trayectoria y muy cercanas a Maduro, con el objetivo de convocar a los militantes y seguidores más fieles al partido a los centros de votación.

La primera dama, Cilia Flores, busca la reelección como parlamentaria, pese a que su participación en el Legislativo ha sido muy limitada, toda vez que su mayor tarea ha sido la de acompañar a Maduro en todos sus actos de Gobierno y en sus pocos viajes al exterior, principalmente, a países aliados como China y Rusia.

Flores ha estado desde los inicios de la llamada revolución bolivariana, como presidenta del Parlamento entre 2006 y 2011, y procuradora general entre 2012 y 2013, además de segunda vicepresidenta del PSUV, del 2009 al 2011.

Igualmente, Nicolás Maduro Guerra, hijo del actual gobernante, también quiere repetir como diputado de la AN, donde ha formado parte de la Comisión de Finanzas y de la Comisión Especial de Diálogo con los Partidos para la Reforma de las Leyes Electorales.

Maduro Guerra también se desempeña como vicepresidente de Asuntos Religiosos del PSUV, donde ha impulsado el acercamiento entre el Gobierno y distintas religiones, especialmente, la evangélica.

El funcionario, conocido también como ‘Nicolasito’, aseguró recientemente en un acto de campaña que, a partir del 5 de enero de 2026, cuando empieza la próxima legislatura, el Parlamento va a «profundizar la revolución bolivariana«, en referencia al proyecto y movimiento político de Chávez.

Los fieles de la revolución

El actual presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, también busca la reelección en estos comicios, en los que ha pedido a la ciudadanía participar para «repudiar» con votos a los «extremistas» y «fascistas», como suele llamar a la oposición.

Rodríguez, quien también ha sido presidente del CNE, ministro de Comunicación y alcalde de Caracas, cree que estos comicios son «una oportunidad estelar para la recuperación y consolidación del diálogo nacional».

En la lista de candidatos también lo acompaña Iris Varela, actual legisladora, quien propuso en noviembre pasado anular todos los documentos de identificación de las personas a las que se le aplique la sanción de inhabilitación prevista en la Ley Orgánica Libertador Simón Bolívar, que finalmente no se concretó.

Varela ha sido una de las más fieles defensoras de los Gobiernos de Hugo Chávez (1999-2013) y Maduro, siendo miembro de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 que reformó la actual Constitución, así como ministra del Servicio Penitenciario.

En cuanto a las gobernaciones, el chavismo se propone extender su dominio hacia los cuatro estados que perdió en los anteriores comicios regionales, entre ellos, Barinas -cuna de Chávez-, con Adán Chávez, hermano de éste y gobernador de ese estado entre 2008 y 2017, como candidato.

Entretanto, Freddy Bernal intentará reelegirse como gobernador de Táchira (oeste, fronterizo con Colombia), que logró ganar en 2021, gracias a la división de la oposición en esa región.

El chavista también fue miembro de la Asamblea Nacional Constituyente en 1999, además de ministro para la Agricultura Urbana y alcalde de Caracas.

Y como si esto fuera poco, el oficialismo insiste también en tener a un «primer» gobernador de la que considera la región número 24 de Venezuela, el Esequibo, un territorio de casi 160,000 kilómetros cuadrados en disputa con Guyana.

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