La historia detrás de José Uribe, el dominicano que sobornó a Menéndez
Era el verano de 2022. Dos viejos amigos, José Uribe, un empresario dominicano residente en Nueva Jersey, y Nadine Arslanian, esposa del senador más influyente de Estados Unidos, se reunieron en el hotel Glenpointe Marriott, en Teaneck, NJ. La conversación giró en torno a una visita que el FBI le había hecho a Uribe y al interrogatorio sobre unos pagos que él había realizado.
Durante el encuentro, Uribe le mostró a Nadine los documentos por los cuales había sido interrogado, indicándole que había sido citado para testificar y que le habían confiscado el celular.
Ella se asustó al verlos y preguntó: “¿Qué le dirás al FBI cuando te pregunten por ellos?”. Él respondió: “Les diré que fue un préstamo que le realicé a una vieja amiga que tenía problemas económicos y que luego me lo devolvería”.
Uribe se había inventado esta historia, con la cual mintió al FBI —primer delito— y por la que tuvo que llegar a un acuerdo con la Fiscalía de Nueva York, convirtiéndose en el testigo estrella de dos juicios históricos, donde un senador estadounidense en funciones y su esposa fueron acusados de recibir sobornos a cambio de favores políticos.
Los pagos descubiertos por el FBI estaban relacionados con un Mercedes Benz del año que Uribe le regaló a Nadine en 2019, luego de que esta destrozara su auto en un accidente ocurrido en 2018, en el que una persona falleció.
Para ese entonces, Nadine era novia del senador, con quien se casó dos años después.
El Mercedes convertible
El vehículo fue un regalo de Uribe para que el novio de su amiga usara su influencia política y así intervenir en una investigación de fraude de seguros en Nueva Jersey, en la que él se encontraba implicado.
Extracto de la declaración de José Uribe (FUENTE EXTERNA)
En esencia, Uribe indicó que el carro fue comprado como parte de una negociación para obtener una condena menor contra uno de sus socios y detener una pesquisa que pudiera alcanzar a su hija y a otros miembros de su familia.
En 2024, durante el juicio, se supo que Bob Menéndez le pidió a Uribe que escribiera los nombres de las personas por quienes quería que interviniera.
Ese mismo año, en el que Uribe compró el Mercedes convertible, Menéndez llamó al fiscal de su estado para pedirle que interviniera en una investigación fiscal que involucraba al empresario y a dos de sus socios.
Uribe estuvo pagando durante tres años una cuota mensual de 800 dólares por el vehículo, desde 2019. No quedó claro cómo se conocieron ambos amigos, pero el antiguo abogado del dominicano expuso que este tenía interés en vincularse con personas cercanas al poder.
Tampoco se estableció cuándo o cómo comenzó la amistad, pero ya mantenían una relación cercana cuando Nadine conoció al senador. Antes, la mujer era conocida por frecuentar bares de solteros, donde se codeaba con empresarios y personas influyentes.
Una mentira recurrente
Las declaraciones están contenidas en documentos publicados por la Fiscalía de Nueva York, donde se encuentra el testimonio íntegro de José Uribe durante el juicio de su amiga Nadine, declarada culpable de 15 cargos de corrupción en abril pasado.
Uribe no solo mintió al FBI, sino también a su antiguo abogado, a quien le pidió emitir el cheque a nombre de Nadine como si se tratara de un préstamo y, en caso de que los fiscales preguntaran, responder lo mismo.
Más adelante, los acusados intentaron convertir a Nicholas Lewin, el abogado de Uribe, en su testigo para desacreditar sus declaraciones, pero fue declarado inadmisible bajo el argumento de que las conversaciones entre abogado y cliente son confidenciales.
«Nunca pensé que iba a ser acusado por crímenes federales. No quería contárselo a mis amigos porque pensaba que iba a salir de esto”, dijo Uribe en su declaración.
Meses después del encuentro, Nadine le envió a su amigo un cheque por 21,000 dólares para sostener la mentira del préstamo, pero dicha suma era muy inferior a los más de 43,000 dólares que él había pagado por el vehículo.
El cheque llegó acompañado de una carta que decía escuetamente: “Para José Uribe. Asunto: préstamo personal”. Jamás volvieron a hablar.
Con el pago llegó la condena
En septiembre de 2023, Uribe fue acusado de siete delitos federales. Contrató a un nuevo equipo de abogados y firmó un acuerdo de colaboración con la fiscalía que le permitiría reducir su condena, que ascendía a 95 años de prisión.
«Decidí cooperar porque pensaba que era lo mejor para obtener una indulgencia y, lo que es más importante, para tener la oportunidad de decirle a los fiscales que mi familia —todos los miembros de mi familia— son buenas personas y que no participaron en ninguno de mis actos ni tienen control de las operaciones de mis empresas”, declaró Uribe.
Fragmento de la declaración de Uribe (FUENTE EXTERNA)
Según el documento de la fiscalía, Uribe fue arrestado por los cargos federales en su contra. Un mes después comenzaron las conversaciones con los fiscales, agentes del FBI y miembros del IRS. En una de esas reuniones, el dominicano se declaró culpable de siete cargos.
Durante los días 7 y 8 de abril de 2025, Uribe testificó en el juicio de Nadine, declarando, entre otras cosas que:
Los pagos hechos a Nadine no eran un préstamo. Mintió deliberadamente al FBI y autorizó a sus abogados a repetir esa mentira. Reconoció que mintió para protegerse y proteger a sus amigos, y que no esperaba ser acusado. Admitió haberse declarado culpable de conspiración para obstruir la justicia.
José Uribe
El dominicano migró a Estados Unidos a los 18 años. Antes de relacionarse con el expresidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y convertirse en un empresario reconocido en el área de seguros, trabajó en una fábrica.
Se estableció en Union City, Nueva Jersey, en 1985, y en 1991 obtuvo la nacionalidad estadounidense. Asistió al Hudson County Community College y comenzó a trabajar en seguros cuando entró por primera vez en la oficina de un corredor en su ciudad de residencia.
José Uribe, de 56 años, divorciado y padre de cuatro hijos, continúa residiendo en Union City. Actualmente espera que su condena, que podría ser de hasta de 95 años sea benévola. La fiscalía ha aplazado el anuncio de la sentencia para el 4 de septiembre.
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